EN CÓRDOBA – ADOLFO LOZANO SIDRO 1872-1935
CRONISTA TOTAL DE SU ÉPOCA
21 JUN — 25 SEP 2022
Archivo
ADOLFO LOZANO SIDRO: CRONISTA TOTAL DE SU ÉPOCA
Para celebrar los 150 años del nacimiento del pintor Adolfo Lozano Sidro, el Patronato Municipal que lleva su nombre y el Museo ABC están desarrollando un programa de actividades que tiene como principal objetivo el de conseguir un mayor conocimiento de los valores de su obra y también una mayor divulgación de la existencia del Museo dedicado a su figura, que lleva abierto en Priego de Córdoba desde 1999. La trayectoria vital de Adolfo Lozano Sidro presenta relaciones muy intensas con Priego, su “patria chica”, y con Cabra, pero muy escasas con la ciudad de Córdoba. Siendo todavía un niño, Adolfo empezó sus estudios de arte en Málaga, los continuó en Granada y los terminó en Madrid, alternando desde 1904 su residencia entre Madrid y Priego. Solo tenemos constancia de dos episodios de su vida relacionados con Córdoba: en 1990 participa en un certamen organizado por la Sociedad Cordobesa de Amigos del País y en 1992 consigue una beca de la Diputación de Córdoba como recompensa por una obra que había presentado; pero, al parecer, el importe de las anualidades que debía cobrar, no llegó a percibirlo jamás.
Sin embargo, tras el fallecimiento de Lozano Sidro en 1935, van a ser iniciativas tomadas en Córdoba las que promoverán la recuperación de su obra como pintor. La primera de estas iniciativas surgió en la “Casa de Córdoba” en Madrid que, en 1958 decidió organizar una exposición de obra del pintor prieguense en la capital de España. La segunda ocurrió en Córdoba en 1966. La Galería Céspedes, del Círculo de la Amistad presentó una exposición cuyo comité organizador estaba presidido por José María Ortiz Juárez con apoyo total de la Real Academia de Córdoba cuyo director, Rafael Castejón y Martínez de Arizala asistió a la inauguración. El académico José Valverde Madrid escribió entonces, en el periódico ADARVE de Priego, la primera biografía de Adolfo Lozano Sidro, descubriendo el paradero de algunos de sus cuadros más interesantes. Se produjo otra exposición en 1973 en la sala del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba y otra más en 1977 en su pueblo natal, esta vez compartida con los pintores Antonio Povedano y Cristóbal Povedano.
Ya en 1984, casi coincidiendo con la donación al Ayuntamiento de Priego de la casa en la que murió el pintor, realizada por la familia Calvo Lozano, la Diputación de Córdoba asume la gestión de una nueva exposición, coordinada por Diego Ruiz Alcubilla, en la propia casa donada al Ayuntamiento. Con este motivo se edita un libro de 142 páginas que incluye un texto magistral, escrito por Francisco Zueras Torrens.
En este estudio, extenso y profundo, Zueras coloca a Lozano Sidro en la cumbre de los ilustradores españoles de la época (una época dorada para ese tipo de pintura), habla de “un artista profundo y preciso” y borra las diferencias entre géneros artísticos al destacar “la rotundidad que alcanzaría a lo largo de su carrera tanto en su faceta de pintor de caballete como de ilustrador”.
Efectivamente, al margen de su trabajo como ilustrador, Lozano Sidro alcanzó notables éxitos en Madrid e incluso a nivel internacional, a través de su participación en los mejores certámenes y por medio de exposiciones individuales. Así, en 1897 obtiene una Mención de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su cuadro “Santa Teresa a los pies de Jesús”, con el que en 1899 participa en XXIII Exposición de Pintura Española en México, vendiéndose allí su obra. En 1910 consigue Tercera Medalla en la Exposición Nacional con su obra “El Caballero Andante” y en 1916, Medalla de Plata en la Exposición Internacional de Panamá.
En cuanto a exposiciones individuales, destacan las que realizó en Madrid en la Sala Vilches en 1908 y 1912 y en el Salón Nancy en 1926. En el Casino de Priego presentó su obra en 1921 y en 1928. Con motivo de esta última, el Ayuntamiento de Priego le otorgó el título de Hijo Predilecto de la Ciudad y le compró tres cuadros, dos de los cuales (“En la feria de Priego” y “Escena de Carnaval”) pueden verse en esta exposición.
Desde la creación del Museo Adolfo Lozano Sidro en Priego y la publicación de su “Vida, Obra y Catálogo General” en el que aparece la imagen de más de 1300 de sus obras, tal vez el pintor tiene ahora la recompensa que merece. Pero el estudio de su legado y la divulgación de su arte siguen siendo necesarios, de ahí esta exposición, que esperamos consiga posteriores itinerarios y en la que presentamos una selección difícilmente superable en la que se reúnen lo mejor de su Museo de Priego junto a otras piezas de alto nivel aportadas por los herederos del pintor y por el Museo ABC de Madrid, que conserva más de 600 originales de sus ilustraciones.
Imprescindible contemplar piezas (óleos) como “El árabe” que pintó cuando solo tenía 18 años, “Otey”, “Cristo en la Cruz”, “Escena de Carnaval”; o la calidad humana y la profundidad psicológica de sus retratos, tanto de personajes públicos como de personas anónimas.
Imprescindible observar sus escenas del mundo rural de la Andalucía del primer tercio del siglo XX y el contraste con las que reflejan la vida regalada de la alta sociedad madrileña. Desde ese “En la feria de Priego” que los prieguenses siempre han considerado un vivo retrato de sí mismos en aquella época, hasta esa “Pequeña fiesta” que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Córdoba. Ambos mundos fueron retratados con el mismo realismo pero también con el mismo humor y sentido crítico…
Imprescindible admirar el dominio absoluto de las técnicas, tanto de la composición y el colorido como en el uso de distintos materiales: aguada, lápiz, grafito, óleo…
Como demuestra esta exposición, acertaba plenamente Francisco Zueras cuando escribió que Lozano Sidro fue “un pintor e ilustrador fuera de serie, arquetipo de la plástica del Modernismo. Y además, un certero escoliasta y un incisivo censor de aspectos patrios. Aunque sin acritud, con la serenidad y gran humanidad que presidió su ejemplar peripecia vital”.